Saturday, November 24, 2007

Rumores de Viejo en los Huesos

Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco.

Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el bolsillo y las grasas en los calzoncillos. Y mi propia madre y las de muchos se las arreglaban como podían con algodones para enfrentar mes a mes su fertilidad. ¡Nooo! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra.

Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora en cada Navidad. ¡Guardo los vasos desechables! ¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez! ¡Apilo como un pendejo ridículo las bandejas plásticas de los pollos! ¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos! Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida. ¡Es más! ¡Se compraban para la vida de los que venían después! La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, fiambreras de tejido y hasta pelelas. Y resulta que en mi Vida de adulto (breve por cierto) , hemos tenido más cocinas que educación.¡Nos están cagando! ¡¡Yo los descubrí. Lo hacen adrede!!

Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica. ¿Dónde están los zapateros arreglando las medias suelas de las Nike? ¿Alguien ha visto a algún colchonero bordando sommiers casa por casa?¿Quién arregla las 1 2 3 de Moulinnex? ¿El el electricista...el carnicero?

¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros? Todo se tira, todo se desecha y mientras tanto producimos más y más basura.

El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad. El que tenga menos de 40 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el basurero!! ¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de 30 años!

Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos.

No existía el plástico ni el nylon. La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en Hualpencillo. Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban.

De por ahí vengo yo. Y no es que haya sido mejor. Es que no es fácil para un pobre tipo al que educaron en el 'guarde...guarde mijito que alguna vez puede servir para algo' pasarse al 'compre y tire que ya se viene el modelo nuevo, con más funciones...con más memoria'.

Mi cabeza no resiste tanto.

Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que además cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real.

Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre.

Me educaron para guardar todo.

¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo. Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) se llegó a guardar el ombligo del primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita.

¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?

En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los trapos, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto.Y guardábamos. ¡¡Como guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!!

¡Guardábamos las chapitas de las bebidas! ¡¿Cómo para qué?! Para coleccionarlas y para jugarlas con las polkas.

Y las cosas que nunca usaríamos. Botones que perdían a sus camisas y carretes que se quedaban sin hilo se iban amontonando en el tercer y en el cuarto cajón. Partes de lápices que algún día podíamos volver a precisar. Tubitos de plástico sin la tinta, tubitos de tinta sin el plástico, tapas sin el lápiz pasta "bic", lápices pasta "bic" sin la tapa. Encendedores sin gas o encendedores que perdían el resorte. Resortes que perdían a su encendedor.

Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables.

Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave.

¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Rayo-Vac pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.

Las cosas no eran desechables. Eran guardables.

¡¡Los diarios!! Servían para todo: para hacer plantillas para los zapatos en invierno, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver!!. ¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne!....cuantas veces nos informamos de algo echando al fuego un trozo de diario para leerlo...

Y guardábamos el papel plateado de los chocolates, el papel de los cigarros y hasta el tabaco molido para olerlo de vez en cuando y saber que en nuestras manos siempre estaba la decisión de hacernos mierda los pulmones. Todo lo guardábamos por si venía el tiempo de volver a ocuparlo...incluso pasa lo mismo hoy en día con nuestros viejos apuntes de Universidad...los que tuvimos la suerte y los cojones de nuestros padres (muchas veces solitarias madres) para experimentarlo.

Los cajones guardaban pedazos izquierdos de palillos de ropa (broches) y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en un palillo. Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada. Ni a Walt Disney, hoy menos a Shrek.

Y cuando nos vendieron helados en copas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copa', nosotros dijimos que sí, pero, ¡Seguro que la íbamos a tirar! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas.

Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de vino en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella. Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos.

Ah ¡No lo voy a hacer! Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad es descartable. Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer.

No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne.

No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo y glamour.

Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares.

De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la bruja como parte de pago de una mina con menos kilómetros y alguna función nueva.

Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la bruja me gane de mano y sea yo el entregado.

Hasta aquí.

José Luis Salas Herrera

5 Comments:

Blogger Claudio_Pardo said...

Reconozco que cuando chico guardaba los palitos de fósforo quemados... pero era de puro obsesivo que soy. Parece que no tiene nada que ver con lo que escribiste.... (comentario obsesivo)

Si, fijate tu que me pasa que siento lo mismo que tu.. Fijate que mi celular ya casi tiene la bateria en el suelo, y eso que recien tiene un año... no puede ser, voi a perder todos mis contactos)... (Comentario pelolais)

Hasta cuando con el imperialismo que intenta sobreponerse sobre nuestras revolucionarias cabezas que jamás se someterán a la hipocresía del libre mercado, el capitalismo y la globalización, con olor a azufre de esos fascistas que viven en una cultura desechable blablablablabla (comentario "revolucionario tipo chávez")

Porqué no te callas???? (comentario de moda)

Ahora que lo pienso, yo guardo las bolsas, porque siempre he creido que después las volveré a usar, y las cajas, un montón de papeles (entre pasajes y cartas de amor), monedas, clavos que se oxidan, lápices, una batería de un celular viejo, diskettes, etc, etc. Si pues!!! ahora que lo pienso, estamos en una cultura desechable... Donde estampo mi denuncia??? (coemntario pesudodeacuerdocontigoperonodejadeserobsesivo)

A mi me conviene estar en una cultura desechable, porque no me comprometo con ninguna, es más fácil dejarlas, y así al otro día me acuesto con otra, sin sentir culpa.... (comentario de Lalo Padilla)


Un abrazo...

Desde el otro lado del muro..... (de cual muro? si los ladrillos los compré en sodimac y ya los tengo que cambiar porque están medios gastados)

7:38 AM  
Blogger Claudio_Pardo said...

estuve leyendo una crónica en algún diarucho de por ahí, en la que se plantea algo muy parecido a tus planteamientos, y me acordé de ti... quería que lo supieras, de manera de que te des cuenta que no eres el único que piensa igual...

espero que tus pesamientos no sean "desechables", porque puta que pueden llegar a ser útiles para alguien... al menos para mi...


desde el otro lado del muro...

8:51 AM  
Blogger Alvaro J. said...

Hace mucho que no lo leía amigo mío. Sí, yo tengo un cajón para guardar, pero guardo lo que me trae recuerdos bonitos, la verdad que algunos no tanto, pero recuerdos al fin.
Es verdad que ya no estamos en los tiempos de "esto me va a durar toda la vida ", pero no lo veo tan malo; el mundo cambia, las personas cambiamos, hasta tú has cambiado tu celular mas veces que yo.
Mi formula ha sido aprender a "surfear", y no nadar en las profundidades de los cambios, amo mi autoengaño, y lo uso todo lo que puedo.
Un abrazo desde la comarca.

6:50 AM  
Blogger La peor de todas said...

BESTIA!!!1
Cómo escribes..... me rindo a tus pies...BRAVO,BRAVO !!!!

2:53 PM  
Blogger HIJA DE LA LUNA said...

Hola Jose Luis, que razón tienes...vivimos en una sociedad de "usar y tirar", ya no solo en lo material, sino también en lo emocional y lo espiritual.

Por cierto, muchas gracias por tu comentario en mi blog.

9:30 PM  

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